jueves, 1 de diciembre de 2016

LA FUERZA DE LA LEY Y EL TRIUNFO DE LA RAZÓN

HAZ LO QUE QUIERAS, PERO NI SIQUIERA SUEÑES
QUE OTRO PAGARÁ POR TI O QUE SERÁS
PRIVILEGIADO ANTE LA LEY
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Nilson Agustín Caraballo Rosario
“Príncipe del Amor”
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Jueves 1 de diciembre del 2016
(De acuerdo a la hora universal)
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La traición del Apóstol Judas (1834). Autor: Iván Aivazovsky (1817-1900). Museo Estatal de Rusia.

Jesús, el Cristo, sintetizó toda la Ley en 2 sabios consejos fundamentales: 1) Lo que quieras que los hombres te hagan, hazlo tú primero a ellos. 2) No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti.

Él enfatizó que no existiría favoritismo para pueblo o persona alguna. Todos somos iguales ante la Ley.

Sin embargo, a veces las palabras de orientación y advertencia producen efecto contrario y somos atacados por almas sin luz que luchan para asegurarse las herencias de este mundo, porque no quieren correr ni el más mínimo riesgo de que el dinero, las propiedades y el poder mundano escapen de sus manos.

Esta fue la razón del asesinato de Jesucristo, por voluntad de quienes decían ser religiosos, pero que tenían miedo de que él heredara el liderazgo del pueblo judío, dirigido precisamente por presuntos guías religiosos. Aunque Jesús había aclarado que su Reino no es de este mundo y en consecuencia, no le interesaba para nada ser rey de los judíos ni disputar herencia ni propiedad alguna en este mundo.

Él tenía que hablar para enseñarnos y dar su vida con el propósito de favorecer la exitosa difusión de la Doctrina. Y así lo hizo, con gran dolor, pagando el alto precio de su Amor, Sinceridad y Valentía. De igual manera, todos los apóstoles y discípulos sufrieron la cárcel, la tortura y la muerte, por el delito de difundir y defender lo que pensaban, en los primeros 4 siglos del Cristianismo y todavía después, durante la regencia de la Inquisición y hasta hace poco.


Por eso, es indispensable que cada quien estudie y entienda por sí mismo cómo actúa la Ley del Karma o Causa y Efecto.

Porque ahora no podemos perder tiempo ni correr más riesgos innecesarios aconsejando a los asesinos irrecuperables, depredadores de seres humanos, acostumbrados a destruir y matar para asegurarse herencias y fortunas. Si algún sujeto de esta categoría aspira a una sabiduría superior, primero tiene que demostrar con hechos su voluntad de cambio: dedicarse al trabajo honesto, dejar de cazar a otros seres humanos, respetar los principios religiosos, dejar de envenenar la mente de los niños y dejar de codiciar grandes fortunas. De lo contrario, sería inútil y hasta peligroso, entablar discusiones místicas o filosóficas con uno de esos elementos. 

Cuando las palabras son inútiles, hay que callar, hacer lo indispensable y dejar que hable la Ley.

Guerra, catástrofes, accidentes, enfermedades y mucho dolor, son las consecuencias del uso equivocado del poder para aplastar a débiles, rivales y competidores y así tratar de asegurarse la posesión étnica o familiar de la codiciada fortuna.

Mejor llenar el corazón de esa felicidad que no depende de la posesión de cosas materiales.

AMIGOS, FORTALÉZCANSE:
AMANECERÁ Y VEREMOS.
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